TESTIMONIO
Carmen Urbina Herrera tiene una vida peculiar. Además de su labor como docente universitaria, ella pertenece a un grupo de personas que se encarga de vigilar que el agua que consumimos en la ciudad no esté en malas condiciones y cumpla como lo panificó Dios con su objetivo de ser “fuente de vida”.
Si usted piensa que Carmen trabaja para Sedachimbote o algún laboratorio, se equivoca. Ella es la coordinadora para Chimbote de la Escuela de Agua Limpia, entidad creada por la Hermanas de la Misericordia y a la que pertenece desde hace 12 años. Como parte de ese grupo, realiza talleres, jornadas y asesorías sobre el uso y cuidado del agua.
El trabajo que realiza la Escuela de Agua, explica, se ejecuta a través de tres enfoques: el de “ambiente inmediato” que se da a través de análisis del problema que existen en nuestra localidad, así como sobre la importancia, uso y cuidado del agua; luego está el “personal” que se refiere al uso del agua en la higiene y salud de las familias y comunidades y por último el “Global” que es el trabajo con instituciones para impactar en el cuidado del medio ambiente.
“Este grupo se formó cuando se desató la epidemia del cólera en el año 1995, por ello consideramos conveniente recordar siempre a la gente que el agua es fundamente en la vida del ser humano porque sin ella moriríamos. Además el agua es parte de la creación y por la debemos cuidar”, afirma Carmen.
La Escuela de Agua limpia está formada por ocho mujeres líderes que desarrollan charlas en colegios a través de escuelas de padres, comités de Vaso de leche y Wawa Wasi. Tiene como instituciones aleadas a la Casa de la Mujer, la Comisión de Justicia, el Departamento Parroquial de Acción para la Salud (Depas) de la Diócesis de Chimbote y la Universidad Nacional del Santa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario